miércoles, 4 de noviembre de 2015

5 Cosas por las que hemos pasado en el aeropuerto

En algunas ocasiones al mundo le gusta recordarnos que somos simples mortales, como en el aeropuerto. Donde tener un nombre como Mohamed levanta miradas de curiosidad en el mostrador o que se te olvide un cortaúñas en la bolsa es visto como delito federal.

Sí, también hemos estado ahí.

Así que te traemos un recuento de 5 cosas por las que todos hemos pasado en el aeropuerto.

1. Los Rayos X

¿Por dónde empezar? Por el hecho de que te piden que te quites el cinturón, los collares, los anillos, los aretes, la perforación del ombligo, la cruz que te regaló la abuela ¡o hasta los zapatos!

Sí, gracias, quería dejar de viajar con clase y conectarme más con la naturaleza.

Y mis calcetines sucios.

2. Pasar por aduana o que te revisen el equipaje

Y bueno ¿qué sería de un viaje sin tener que dejar algo en el Aeropuerto?

La miel orgánica o la bebida artesanal del país que visitas pero que al parecer no venía “bien etiquetada”, la crema de manos o perfume carísimo, nuevo, que no hay en existencia en tu ciudad y para poder pasarlo casi intercambias tu alma.

Cuando compras café para que “no te de sueño” o una botella de agua de 1 litro “para que no te de sed en el viaje” y ¡sorpresa! los tienes que dejar. O tomártelo todo.

O la temida “revisión aleatoria” de equipaje de mano en la que el oficial termina conociendo tus más íntimos secretos.

Y si se te olvidó sacar tus pinzas de depilar o un cortaúñas, te darás cuenta que en menos de 10 segundos han llamado refuerzos para revisar tu equipaje.

3. Check-in

Después de la fila enorme y cuando llega el momento de hacer check in:

Hola, me podría proporcionar por favor; nombre, ID, código de confirmación, dirección, estado civil, grupo sanguíneo y signo zodiacal. Un momento, déjeme ver si falta algo…

Y cuidado y tengas un nombre como Nahim o Mohamed, porque hasta la chica o chico del mostrador te lanza mirada de desconfianza.

4. Sentarse junto a un bebé o niño

El karma existe y se materializa en asientos junto a bebés que lloran, gritan y patean todo el viaje.

Que al parecer suelen amar lo que llevas de snack y te ven con cara de ternura para que les des.

Y no te queda más que compartir.

Pues ya que, mejor que se coma los dulces a que llore todo el vuelo ¿no?

5. Comprar una bolsa de cacahuates extremadamente cara como única comida

Si en algún lugar no les importa cobrar 6 o hasta 7 veces más el precio de algo, es definitivamente, en el aeropuerto. Deben de pensar que todos los que viajan en avión son dueños de un avión.