lunes, 25 de abril de 2016

Qué hacer en Tokio: ver un combate de Sumo, trucos y recomendaciones


Como dice la guía de Time Tokyo: 10 things to do: "Olvida el Kabuki, el Sumo es mejor teatro"

Cuando estaba organizando este último viaje a Japón, prácticamente había descartado el Sumo. No porque no me interesase verlo, sino porque me habían dicho que 1) era sumamente caro, 2) muy difícil conseguir entradas 3) no merecía la pena ver combates de un minuto, un minuto y medio y 4) es como muy turístico, no?



Sin embargo, tras encontrarme con algún que otro luchador de Sumo en el súper (toda una experiencia ver a alguien de dos metros de alto en un país donde la estatura media ronda el metro setenta) y de enterarme de que el torneo empezaba un día antes de volverme, me entró el gusanillo. Había que ir!!



Así que empecé a investigar. Esto es lo que descubrí:

El sumo no es aburrido


Todos hemos oído alguna vez que es un 5% de combate con un 95% de ceremonial, pero si le pillas el truco es muy divertido. Las estrategias, cómo se preparan, las puntuaciones.... Eso sí, cada combate es muy breve y si te despistas de lo pierdes, pero merece mucho la pena.

Además, hay muchas formas de "pelear" y cada luchador tiene sus técnicas y sus mañas.


combate de Sumo en Ryogoku Kokugikan  2014

Ir al Sumo en Tokio no es caro


Vale, barato barato no es. Todo depende de lo que quieras ver y en qué estilo. Es verdad que los asientos más cercanos a los luchadores, en la base del estadio cuestan unos cuantos miles de yenes. Pero también puedes conseguir una entrada numerada por unos 20-25 euros aproximadamente.

Y si quieres ser súper ahorrativo y no te importa ir al gallinero (literalmente a la última fila de asientos en el segundo piso del estadio), pues por unos 15 € puedes ver combates durante todo el día.

No hace falta planificar con tanto tiempo: entradas de última hora


Cuando yo estaba viendo lo de las entradas, tenía dos opciones: ir el día de apertura del torneo sin entrada e intentar conseguir una de último minuto o comprar una entrada numerada e ir entre semana pero perdiéndome los combates de los yokozunas (los grandes campeones) a cambio de no perder el avión. Al final se apuntó un amigo y decidimos madrugar el domingo (él trabajaba al día siguiente).

Así que allí nos plantamos a las 6 y media de la mañana a esperar que abriesen las taquillas para poder conseguir dos de las entradas de gallinero. Toda una experiencia.

A pesar de que ya no quedaban entradas de ningún otro tipo para ese día, la cola a las 6 y media de la mañana no era muy larga. Unas 50-100 personas esperando como nosotros en una línea que iba bordeando el estadio de las taquillas hacia el museo Tokyo-Edo. A las 7 y media la cola ya era bastante más larga.

Esperar en una cola es hacer cola todo el tiempo


Esto es algo que sorprende a muchas personas de Japón, especialmente a los de carácter latino, aunque los americanos también se llevan su parte... En Tokio las colas se hacen, todo el rato. No vale reservar sitio, que tus amigos lleguen más tarde o que uno se vaya y después vuelva.

Y esto en un deporte tan ceremonial como el Sumo se traduce en que si haces cola para comprar entradas de última hora tienes que hacer cola todo el rato, hasta que las compras.

Nosotros llevábamos allí casi dos horas sentados. La verdad es que entre la madrugada y que no habíamos desayunado nada (no estaba ni el McDonalds abierto), mi amigo decidió ir a investigar por si encontraba algún konbini cerca donde comprar algo de beber. Pues bien, mientras exploraba la zona resulta que se ponen a contar la gente que hay en la cola y a organizar los tickets.

Resulta que antes de abrir la taquilla van dando por orden un resguardo para comprar la entrada, se ve que así gestionan los grupos y le explican a los extranjeros un poco cómo funciona. Pero mi amigo no había vuelto aún, y su papel no me lo daban.

Aquí le habría contado el tema al "revisor" y con un poco de manga por su parte (estábamos entre los 30 primeros de la cola) pues me habría dado su resguardo, pero con este señor nada. Que si no estás no estás y que ellos no tienen forma de saber si has estado o no "rules are rules".

Menos mal que el señor japonés de detrás (debía de ser un fan de los de poster, porque se conocía a todo el mundo) le dijo que sí, que llevábamos allí toda la mañana "mi marido y yo" y que había ido a por algo de beber. Se ve que le convenció porque el señor se guardó el tiquet y me dijo que cuando volviese "mi marido" me buscase y me lo daba. En conclusión, que pudimos entrar los dos gracias al japonés de la cola, porque si no....

Por cierto, las entradas para el mismo día solo se pueden pagar en metálico.


vista desde el gallinero

El sumo no es un espectáculo para turistas (estrictamente)


De todas las cosas que hice en Japón que suelen hacer los turistas, como ir a un maid-café (deprimente) o a una ceremonia del té (una vez y no más), esta es la menos estrictamente turística. En realidad es como decir que ir a un partido del Real Madrid es algo turístico.

Aunque para nosotros el sumo sea irrelevante deportivamente, para los japoneses es un deporte serio. Es verdad que el principal deporte de Japón hoy en día probablemente no sea el sumo, sino el béisbol, pero los que van (y son muchos) se lo toman en serio. Tienen sus favoritos, conocen sus puntuaciones y los animan como el que más.

Eso sí, son conscientes de que muchos turistas vamos a los torneos, así que la guía de los combates te la dan en inglés y puedes oír las retransmisiones también en este idioma (por radio, si no la tienes la puedes alquilar.)

 

Hacer tiempo o cómo soportar un torneo que dura un día


Los combates duran todo el día, desde las 8 y pico que abren las taquillas hasta las 6 de la tarde puedes estar viendo la competición. Pero ¿merece la pena? Si no te quieres hacer un máster, no.

Los torneos verdaderamente importantes empiezan a las 4 (es cuando empieza a retransmitir la radio en inglés), y lo interesante sucede a partir de las 2, cuando entran los grandes luchadores al estadio. Para hacerse una idea, las categorías inferiores empiezan a luchar por la mañana. Sólo hay un "ring" y por tanto hasta que no acaba una categoría no empieza la siguiente, así que lo mejor sucede después de comer.

La recomendación aquí es que si no se van a ver todos los combates, no entrar después de comprar la entrada. No es obligatorio validarla a primera hora. Eso sí, si entras, puedes salir del estadio y volver a entrar, pero solo una vez en todo el día. Para eso te ponen un sello transparente en el brazo (de los que se ven con luz azul).

Para aprovechar el día, puedes visitar el museo Tokyo-Edo que hay justo detrás, ir a comer chanko o coger el JR (Chuo Line) a Akihabara, o incluso la línea Oedo (muy cerca) hacia Tsujiki. También puedes ir a los templos y jardines que hay en la zona, hay algunos magníficos.



entrada de los Rikishi

Cuándo ir a un combate de Sumo


El campeonato de Sumo comprende 6 torneos cada año, cada uno de ellos de 15 días de duración y empezando y terminando en domingo (los días de más afluencia y cuando suele ser más difícil conseguir entradas.)

Los combates se pueden ver en el estadio nacional de Japón, Ryogoku Kokugikan, en Enero, Mayo o Septiembre en Tokio. También hay combates en Osaka, Fukuoka y Nagoya. Aquí se puede ver el calendario del campeonato de Sumo para lo que queda de año y los próximos 2.

Las entradas numeradas se pueden comprar desde un mes antes en el propio estadio, online o en las máquinas de los konbini Family Mart, 7-eleven y Lawson.



Si no hay torneo: Ir a los entrenamientos


Aunque no te pille un torneo, también es posible ir a un entrenamiento a una beya (un gimnasio especializado donde entrenan los luchadores). Algunos admiten visitas, pero necesitarás que contacte alguien que hable japonés (preferiblemente) para solicitar acceso.

Ojo, para verlo hay que estar callado y no se pueden sacar fotos en muchos de ellos. Hay muchos cerca del estadio de Ryogoku.

Buenas maneras: cómo comportarse en el torneo


Conste que esto sigue siendo Japón y todas las recomendaciones sobre cómo comportarse siguen siendo aplicables aquí. Pero:

  • Se pueden llevar tus propias bebidas y comida (excepto en determinados asientos muy cerca de los luchadores)
  • Se pueden sacar fotos, pero no ponerse en el medio del pasillo ni bloquearle la vista a los de detrás
  • Se puede hablar (no muy alto) y los fans también ovacionan y aplauden a sus luchadores, intégrate, es divertido gritar algún que otro Ganbaré!. Asombra ver cómo los japoneses se enfadan cuando pierde su luchador favorito
  • Aunque como en todos los estadios, si sales al final del torneo el transporte público se satura, los mejores luchadores suelen combatir al final de todo, así que no te vayas antes, te perderás probablemente los mejores 15 minutos del día.

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