Si vamos hasta la isla artificial de Odaiba, una de nuestras recomendaciones para pasar al menos un día completo en la capital de Japón, la encontraremos frente al centro comercial Aqua City. Lo curioso es que en realidad es una réplica de la estatua que hay en el río Sena en París, no una réplica de la de Nueva York.
Es muy curiosa de ver, no porque sea espectacular desde luego, sino por la sensación de que algo no encaja al verla tan lejos de su “sitio” tradicional, además de que podemos hacer fotos interesantes desde el mirador de la bahía en las que salgan la Estatua de la Libertad y el Rainbow Bridge, uno de los puentes más fotografiados de Tokio. Y si enseñamos la foto a alguien que no esté muy enterado, es posible que se piense que hemos hecho un fotomontaje incluso.
Llegar es muy sencillo, ya que hay muchos cruceros fluviales por el río Sumida que acaban en esta isla artificial, como por ejemplo el Himiko, diseñado además por Matsumoto Leiji. Estos cruceros nos dejan cerca del mirador hacia la bahía, con lo que estaremos a poca distancia de la estatua. Si lo preferimos, podemos utilizar la línea Yurikamome, que atraviesa el Rainbow Bridge desde Shimbashi y bajar en la estación de Daiba.
Un momento interesante para hacer fotos desde el paseo que hay elevado es esperar al atardecer, cuando el Rainbow Bridge se ilumina, así como los barcos que hay por la bahía. En ese momento las vistas son más bonitas si cabe y seguro que podréis obtener interesantes imágenes con esta versión en pequeño de la conocida estatua.
Eso sí, si vamos hasta Odaiba, no os quedéis simplemente en el aspecto curioso de la Estatua de la Libertad de Tokio, porque hay mucho más que ver y hacer en esta isla, como ya os hemos contado en la entrada general sobre Odaiba.
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