Rusia en general y Moscú en particular, es un destino muy complicado para viajeros independientes. Tramitar el visado, obligatorio,
es el primer obstáculo. Para obtenerlo, hay que presentar en el
Consulado ruso el pasaporte, fotos, responder un cuestionario, sacarse
un seguro médico y presentar un documento en ruso que confirme la
reserva de alojamiento en Rusia (algo así como una “carta de
invitación”… en fin, todo un lío de papeleos que se
eterniza mucho si tenemos en cuenta las dificultades idiomáticas que
enredan las gestiones pues parte de la documentación está en cirílico.
Así que, si no quieres complicarte mucho la vida y quieres conocer Rusia, sin duda, lo mejor es ponerse en manos de turoperadores especializados. Por ejemplo, Politours, mayorista típica de viajes organizados y circuitos para viajeros de nivel medio, es uno de ellos, y uno de los pioneros en el destino. Para viajeros con mas posibilidades, dispuestos a invertir un poco mas y por tanto mejorar un poco la calidad Catai es otra buena opción.
¿Con quién o cómo has viajado tu a Moscú? ¿Nos recomiendas algún turoperador?
Buscar hotel también es complicado pues la oferta es escasa, los precios desorbitados (Moscú encabeza las listas de ciudades con las habitaciones más caras del mundo) y la calidad no siempre es la mejor ya que quedan muchos establecimientos nacidos durante la época comunista y aunque están «reformados» sus instalaciones dejan mucho que desear.
Por ejemplo el mega hotel Cosmos construido en los años 80 durante las olimpiadas de Moscú (las del osito Misha, ¿se acuerdan?) y situado al norte de la ciudad justo al lado de la torre Ostankino, la torre de comunicaciones mas alta de Europa.
El Cosmos es un mítico, muy habitual en los paquetes turísticos baratos y sin duda un establecimiento que roza lo grotesco donde no sólo destacan unas instalaciones dignas de la momia de Lenin
sino también choca el concepto de hotel. Con un gran hall donde se haya
la recepción y con una primera semi-planta donde hay desde tiendas de
recuerdos de lo mas kitch, (con la connotación
negativa y positiva que oculta dicho término), maquinitas tragaperras,
mini casinos, oficinas donde cambiar moneda… todo un circo humano por donde pasean guiris con chanclas, rusos con cara de mafiosos, jóvenes turistas mas perdidos que Wally…
japoneses con gorras identificativos de colores fosforitos agrupadas en
torno a un guía que grita mucho y mucha mucha MUCHA gente si tenemos en
cuenta que el Cosmos tiene 1718 habitaciones y capacidad para casi 4000 personas.
Pero lo mejor de este macro hotel no es su surrealismo latente. Lo mas curioso es la zona de acceso a los ascensores donde un matón con cara de muy mala leche
y corbata vigila atento quién sube y de paso pregunta si los clientes
desean algún servicio adicional… una sensación muy parecida a la que he
experimentado en algunos hoteles en Cuba (concretamente en el Habana Libre, por ejemplo), otro de esos destinos donde la prostitución está a tiro de talonario. Pero tranquilos, si no buscan nada especial el Cosmos puede considerarse casi casi como un monumento turístico, como un signo evidente de un pasado que aún late en la capital rusa.
¿Y tú, en qué hotel te has alojado en Moscú? ¿Puedes recomendarnos alguno?
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