Dicen del Rastro de Madrid que es posible encontrar casi de todo, desde una cámara antigua a un chester original, pasando por los cromos de Cristiano Ronaldo. Quizás la afirmación sea "algo" exagerada, pero lo cierto es que es uno de los paseos más curiosos que se pueden hacer en la ciudad.
Visita casi obligada si estás un fin de semana en Madrid, el Rastro ha tenido sus altibajos y en algunos momentos se ha convertido en un mercadillo más (de esos de calcetines y camisetas). Pero si conoces sus entresijos, todavía puedes descubrir auténticos tesoros escondidos.
Esta es mi ruta del Rastro de Madrid:
Punto de Partida: Plaza de Cascorro
Me gusta empezar por la parte alta del Rastro, llegando desde la Plaza Mayor. Parece que todo el mundo se dirige al mismo sitio que tú y, como estás en la parte alta, todo lo que haces es bajar, así que se hace más cómoda la ruta, incluso en verano.
La plaza, que entre semana es una plaza más con sus estatuas y sus tiendas, se transforma en un hormiguero de gente los domingos. Es una especie de rectángulo alargado, aunque con los puestos de los domingos no se aprecia bien la forma de plaza.
Aquí empieza también la calle más conocida del Rastro: Ribera de Curtidores, que es donde se encuentran las camisetas, bolsos, pañuelos y réplicas de carteles que tanto le gustan a los turistas.
Pero yo no bajo por Ribera de Curtidores, demasiada gente y demasiado amigo de lo ajeno. Prefiero bajar por el lado derecho y, al final de la Plaza, girar a la derecha en la Escuela Mayor de Danza del Ayuntamiento, hacia la plaza del general Vara del Rey.
El sitio donde se gira es fácil de ver porque la calle se estrecha y a la derecha se abre un hueco en dos alturas (hay quien lo usa de banco) y se ve un edificio de ladrillo visto que destaca respecto al resto, con sus picos y sus escaleras.
Por la plaza de Vara del Rey: cosas viejas y antigüedades
El Rastro cambia en cuanto sales de la zona de Cascorro - Ribera de Curtidores. Aquí es donde aparece el verdadero mercado de pulgas del Rastro de Madrid.
La plaza del General Vara del Rey es famosa por la ropa usada, los cachivaches y las cosas viejas. Aquí se pueden encontrar desde cámaras antiguas a muñecas o joyas/bisutería . Todo es cuestión de buscar y rebuscar.
Es donde empieza lo más peculiar del rastro. En las calles que salen de Vara del Rey lo más habitual es que los puestos pertenezcan a los cientos de tiendas que plagan el barrio.
Casi todas sacan un par de mesas a la calle para que puedas mirar y remirar desde afuera. Pero también se puede entrar y descubrir cosas aún más interesantes. Estas tiendas suelen abrir también entre semana, lo que es una buena opción para los agorafóbicos y para esos meses de calor abrasador en que ir al Rastro puede ser una pesadilla.
Desde aquí me gusta salir por la esquina contraria por la que hemos entrado, hacia el cruce de la calle de Carlos Arniches con Mira El Río Alta. Aquí está el Museo de la Corrala (lo tengo pendiente, porque cierra los domingos), pero no bajo por aquí, sino que lo mejor es seguir Mira el Río Alta (el río no se ve, ya lo aviso.)
Mira el Río Alta, Bastero y Carnero: libros, muebles y decoración
Me gusta pasear por estas calles porque no suele haber demasiada gente (la gran mayoría ya la dejamos atrás en Ribera de Curtidores y otro tanto se va dispersando por el resto de callejuelas), así que puedes mirar y remirar con calma y sin demasiado agobio.
Por aquí es posible encontrar muchas chorradas, objetos de decoración algo horterillas y, dependiendo para qué, alguna que otra maravilla kitsch.
Pero también es el sitio donde se han ubicado muchas tiendas de decoración y muebles "recuperados", como Reno o incluso La Tapicera, uno de mis sitios favoritos del rastro.
La Tapicera marca también en cierta forma los "límites" del Rastro. O al
menos de "mi Rastro". Bajando por Bastero y volviendo hacia atrás por
Cordero, se pueden encontrar tiendas curiosas de viejas armerías, libros
usados, ropa alternativa y colecciones de cosas.
Volviendo a Ribera de Curtidores: los oasis del Rastro
Por la calle Cordero se vuelve a Ribera de Curtidores (esa calle que
intentamos evitar al principio). Pero por tres buenos motivos: el
primero es uno de los puestos más peculiares del Rastro, el de las
cánulas y gomas.
Estos señores venden todo tipo de tubos de goma o elásticos o como se
llamen. Llevan toda la vida ahí y pasan prácticamente desapercibidos
para la gente que baja por Ribera de Curtidores.
El segundo motivo para volver a Ribera de Curtidores se encuentra justo
detrás del puesto de las gomas, son las "Nuevas Galerías". Un conjunto
de tiendas de arte y antiguüedades en un patio interior al que se puede
acceder desde la planta de arriba (subiendo las escaleras que hay detrás
del puesto) o por la puerta principal, en el número 12 de Ribera de
Curtidores.
Un pequeño remanso de paz al que los turistas suelen ignorar (se va un
poco de precio, supongo) pero que contiene algunas de las cosas más
curiosas del Rastro.
Y el tercer motivo: otro remanso de paz, justo al otro lado de la calle
Ribera de Curtidores: las Galerías Piquer. Quizás más grandes que las
"nuevas", pero también con algunos de los mejores anticuarios del
Rastro.
Visto desde fuera, parece un edificio de oficinas, pero dentro merece
mucho la pena pasarse por las distintas tiendas, especialmente en la
planta alta. Incluso aunque el bolsillo no te lo permita (mirar es
gratis, soñar también): se pueden encontrar pequeñas maravillas para
dentro y fuera de la casa (y alguna rarunez también, véase la bañera de
la foto o los niños en el columpio...)
Ribera de Curtidores y fin de ruta: Plaza del Campillo del Mundo Nuevo
Si os habéis quedado con ganas de ver cómo es Ribera de Curtidores,
todavía se puede ver mucho de su esencia en esta parte baja de la calle.
Muchas de las cosas que se venden arriba se pueden encontrar aquí,
además de objetos de cocina, fontanería, electrónica...
Es bastante curioso, porque puedes ver en un mismo sitio carteles publicitarios clásicos y reproducciones de Velázquez o Goya.
Pero si ya te has cansado de ver cachivachería varia, el último paso es
ir hacia la Plaza del Campillo del Mundo Nuevo. La plaza está a la
derecha de Ribera de Curtidores y se puede acceder desde Mira el Sol
(buscad a la señora del organillo) y desde Ronda de Toledo.
Pero, ¿qué tiene de especial esta plaza? Que es el motivo por el que
a los niños de Madrid les gusta el Rastro los domingos: que se pueden
cambiar cromos!!
Los que cambian cromos están en el centro de la Plaza, junto al parque
infantil y hacia Ronda de Toledo. Y los hay de todo, desde Bob Esponja a
juegos de Rol, pasando por supuestísimo por los cromos de los
futbolistas como CR7. Se pueden cambiar (sipi, nopi, repe) e incluso
comprar (esto lo digo por lo bajini, porque no sé si es muy legal...)
Además, se pueden comprar aquí revistas antiguas, libros, posters, plantas, creo que hasta películas en vhs si te lo propones...
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