martes, 2 de septiembre de 2014

Malasia: Islas Langkawi

El aeropuerto de las Islas Langkawi os podéis imaginar lo pequeño que es aunque sí que era moderno. Al aterrizar te bajas del avión y entras al aeropuerto donde enseguida estás recogiendo las maletas, todo muy rápido y efectivo. A varios pasos ya sales de él donde nos acogieron muy amablemente dándonos un mapa de Langkawi e folletos de información de la isla gratis y donde hay unas taquillas para pillarte un taxi. Nosotros nos dirigíamos a la Playa (Pantai) Cenang donde se concentra el mayor numero de guest houses baratos. El viaje en taxi nos costó 18 RM (1€=3.9 RM). El chófer ya nos transmitió la alegría con la que se vive en estas islas. Nos contó que había llovido mucho estos días anteriores y que llegábamos en el momento perfecto.
No era tan perfecto cuando nos soltó en un hostal y nos encontramos con que todos los hostales estaban llenos. Finalmente encontramos un guest house (Daddy's guest house) que tenía una habitación libre, aunque creo que estaba libre por lo mala que era: tenía mucha humedad, tanta que casi ni se podía respirar y estaba todo muy viejo y sucio, el baño daba miedo verlo pero era ya muy tarde y esa noche dormiríamos ahí. Esa noche pasamos mucho calor por la humedad que había dentro pero por lo menos encontramos cama donde poder dormir la primera noche.

A la mañana siguiente salimos a la calle y ya podíamos respirar el ambiente isleño y tropical de las islas. La sensación que estamos teniendo en Malasia es una sensación rara, Malasia no es el país desordenado en muchos sentidos como lo puede ser India o la vecina Indonesia entre otros pero tampoco es un país muy avanzado (exceptuando  KL) Esta es una sensación nueva para mí pero me gusta y hace que me sienta cómodo, poco a poco le estamos cogiendo el punto al país.

Fuimos a desayunar y enseguida fuimos a hablar con el dueño del Daddy's guest house para darle una solución: o nos daba una habitación mejor o nos íbamos a buscar otra por ahí. El reconoció que la habitación daba pena y al parecer tenía unas casitas de madera en otro lugar llamado Daddy's guest house 2. La habitación era mucho mejor, más limpia, sin humedad y con un buen cuarto de baño para nosotros. El precio nos lo dejó increíblemente por el mismo precio que la anterior habitación: 40 RM.
La razón de que todo estaba lleno es que es tiempo de vacaciones en Malasia, los meses de noviembre y diciembre son meses de vaciones para los niños malayos y a eso hay que sumarle las vacaciones que se toman los indios por el Diwali/Deepavali.
Pantai Cenang
Después de arreglar lo del guest house y dejar todas nuestras cosas en nuestra nueva habitación nos fuimos de verdad a ver la playa. Sentía mucha curiosidad y no me podía imaginar que a pocos metros tenía una playa paradisiaca. Era de verdad, una playa de arena blanca con el color del mar verdoso, con islas en el horizonte, un sol radiante y con muy poca gente. Desde ese momento ya sabía que me iba a quedar más de los 3 días que teníamos pensado. Estaba en el paraíso y quería estar lo máximo posible y eso que todavía no había visto nada.



Nos pateamos la playa de un lado a otro y nos dimos nuestro primer baño tan esperado, el agua era caldo de puchero, tan caliente que hasta resultada desagradable, algo muy raro para mí.
Aunque la playa es bonita por sus vistas también hay que decir que los resort estropean un poco el paisaje. Este día lo pasamos vagueando por la playa y disfrutando de la maravillosa puesta de sol que cada día regala esta isla.
 


 
Island hopping
El segundo día lo empezamos muy temprano ya que a las 9 de la mañana nos recogían para hacer un tour en barco de 4 horas por las islas pequeñas de Langkawi y antes queríamos desayunar. El precio del tour fue de 25 RM (unos 6€) por persona. El minibus vino puntual y nos recogió junto a otro grupo de 3 malayos que también estaban de vacaciones. Nos dejaron en un lugar de donde salían todos los barcos a hacer lo mismo. Lo nuestro era una lancha donde cabíamos 8 personas, nosotros 2, los 3 malayos y otros 3 chicos que no teníamos ni idea de dónde eran.





 El tour empezó mal, la lancha no tiraba, después de un rato el motor empezaba a pitar, yo creo que se calentaba o algo. Por el camino vimos algo curioso: una isla que tiene forma de mujer embarazada, en la siguiente foto se puede ver bien la cabeza a la izquierda, los pechos, la barriga y hasta sus pies.



Felizmente trozo a trozo llegamos a la isla Dayang Bunting donde teníamos una hora de tiempo para darnos una vuelta por el interior de la isla. Dentro hay una laguna preciosa donde nos podíamos bañar y disfrutar de sus vistas. La isla está llena de monos por todos sitios.


Después de una hora nuestro chófer nos recogió en el mismo sitio que nos dejó. Parecía que la lancha ya tiraba bien y no se paraba. Esta vez paramos cerca de otra isla donde se encuentran las famosas águilas de Langkawi y donde nuestro chófer roció comida al mar para que las águilas vinieran a comer. Había bastantes águilas sobrevolando nuestras cabezas pero solo una se lanzó a por algo de comida. Creo que ya habían comido suficiente de otros barcos, al parecer esto de "eagle feeding" no es bueno para el futuro de estas águilas ya que se dice que se están haciendo un poco dependientes de los barcos que vienen a darles de comer, perdiendo habilidades para la caza.

La tercera y última parada fue en otra isla llamada Baras Basah. Llegamos a su playa paradisiaca y nos tiramos al agua de cabeza desde la lancha. La isla es preciosa y nos podíamos quedar una hora en ella para bañarnos, dificil explicar la belleza con palabras, las fotos hablan por si solas.


A la vuelta nos llevaron con el minibús de vuelta a la playa de Cenang donde tenemos el guest house. Decir que el transporte del minibús estaba incluído en el precio. Este tour es algo que hay que hacer obligadamente si vienes a esta isla, lo disfrutamos muchísimo.
El resto del día vagueamos más por la playa de Cenang donde se está realmente bien y donde la sensación de vacaciones es total. En nuestra casita del guest house hicimos dos amigos, dos gatos pequeños que cada vez nos esperaban en la puerta para ser acariciados. Cuando salimos ya los echábamos un poco de menos.
La isla de Langkawi es mucho más que la playa de Cenang, también es mucho más que playa y es por eso que alquilamos una moto para dos días y así poder explorar a nuestro ritmo la isla por su interior y por sus demás playas que no faltan por aquí. El primer día conseguimos una moto por 18 RM = 4,5€, el truco del precio era que solo se alquilaban a este precio para las dos primeras motos del día.
Mapa de Langkawi

Nosotros siempre queriendo ahorrar nos despertamos temprano y nos pusimos a desayunar al lado de la tienda de las motos y así poder controlar un poco que nosotros fuéramos quien consiguiera una de las dos primeras motos. Y así fue, cogimos la moto y nos fuimos de ruta. La moto era malilla pero decente como para dar la vuelta a la isla.
Conducir una moto en Langkawi es fácil y no hay mucho tráfico a no ser que vayas a Kuah que es la capital de la isla. El único problema que encontré fue el acostumbrarse a conducir por la izquierda; por lo demás los malayos son bastante respetuosos a la hora de conducir y no pitan apenas lo cual no te provoca mucho estrés a la hora de conducir.
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La primera parada fue el Oriental Village, nos imaginábamos que fuera un pueblo típico de la isla o algo por el estilo pero era solamente un lugar artificial todo lleno de tiendas, turístico 100% que han montado alrededor del teleférico que te lleva hasta las alturas y al puente colgante. El teleférico estaba todo lleno así que decidimos subirnos más tarde, al atardecer. 
Oriental Village
Oriental Village
Cerca de aquí están las 7 wells (Pozas) y sus cataratas a las que se llega rápido y fácil saliendo desde el Oriental Village, subimos unas escaleras interminables donde se pasa mal con el calor, menos mal que hay bancos por el camino para descansar. Arriba cuando llegamos nos metimos en las frescas aguas del río, en una de sus 7 pozas donde te puedes meter muy facilmente. Se agradece el agua fresca porque en el mar de aquí está el agua caliente. Si le echas valor, te puedes deslizar de una poza a otra aunque hay que tener bastante cuidado.
Desde la zona de las pozas se puede ir por un sendero estrecho hasta la cima de una montaña. Nosotros empezamos a subir por en medio de la jungla por un camino que estaba lleno de obstáculos, mayormente arboles caídos que tienes que saltar para seguir el camino. Cuando llevabamos unos 20 minutos andando el cielo empezó a tronar y a cubrirse así que decidimos volver por precaución, en mitad de la jungla con un tormentón como que no lo queríamos vivir...
Al bajar nos acercamos a la catarata bastante espectacular pero estaba lleno de gente bañándose, al parecer a los malayos les gusta más el agua de los ríos que estar en la playa.
Siguiendo la carretera con la moto nos encontramos con paisajes maravillosos y casi no había tráfico. Se veía algún que otro guiri con la moto y algunos locales. Después de ver alguna que otra playa se nos hizo la hora de comer pero no había absolutamente nada, ningún restaurante o puestecillo con comida. Vimos a dos locales en moto a los que preguntamos dónde podíamos comer algo. Nos explicaron el camino pero al final dijeron que les siguiéramos que nos llevaban. Nos llevaron a una zona residencial o no sé que era donde había un restaurante familiar.
Los dueños no hablaban ni una palabra de inglés, menos mal que había una pareja de jóvenes que nos hizo de intérprete. Comimos probablemente el mejor plato en lo que llevábamos en Malasia, arroz con una especie de sopa agridulce con pollo que nos costó 2€ los dos juntos. También nos dieron agua pero el agua estaba asquerosa no sé que tenía pero para mí que sabía a arroz, menos mal que era gratis, no sé como se lo pueden beber.
Vistas que vimos por el camino
Fuimos a otra catarata preciosa (Temurun waterfall) donde nos quedamos un buen rato y ya cogimos el camino de vuelta a casa, pasando por otra playa paradisiaca (Pantai Pasir Tengorak).
Temurun waterfall
Pantai (Playa) Pasir Tengorak
Decidimos ir de nuevo al teleférico para subirnos, pero cuando llegamos nos encontramos con un cartel de que el puente colgante estaba cerrado por reformas ya que se encontraba en una situación arriesgada para los visitantes. Por esa razón decidimos no subir y ahorrarnos los 30 RM que costaba ya que pensamos que no nos merecía la pena ir para unas vistas si no podíamos ir al puente colgante tan especial, fue una pena no poder verlo.
En el camino al guest house vimos también una laguna con vistas preciosas y unos campos de arroz donde hicimos algunas buenas fotos.
Al siguiente y último día en moto nos fuimos a otra parte de la isla. Este día fue más de playas. Salimos directamente al norte de la isla a la playa llamada Tanjung Rhu donde no había nadie, solo vimos a algunos extranjeros pero poco más. 
Pantai (Playa) Tanjung Rhu
Esta playa estaba algo sucia con bastante plástico que vendría del mar pero la playa era grandísima y nos fuimos andando al otro lado que estaba mejor donde de repente vino alguien a decirnos que no podíamos seguir porque esa parte de la playa era privada del resort. Se notaba porque se veía que estaba más cuidada, una pena aunque justo donde nos paró nos quedamos a bañarnos un buen rato.
La siguiente parada fue la Black Sand Beach que era simplemente una playa con arena negra que no tenía mucho más, cerca si había como un pueblecito pesquero.
 
Era pequeña y no invitaba a meternos en el agua. Salimos pronto para ir hacia otras cataratas aunque de camino nos encontramos los hot springs, un lugar con aguas termales naturales que según los carteles tienen propiedades curativas y en los que podías entrar gratis aunque con el calor que hacia no apetecía mucho meterse en agua muy caliente, metimos los pies sufriendo de calor pero pensando que nos haría bien, supongo.
Las cataratas Durian Perangin Waterfall son muy bonitas, una pena que había un grupo de chinos que la ocupaban y no pudimos disfrutarlas para nosotros solos aunque nos echamos una pequeña siesta con el sonido de las cataratas y de la naturaleza, ahí se estaba bastante fresquito.
Durian Perangin Waterfall
Por último y aprovechando los últimos momentos de la moto nos fuimos a Kuah donde hay mucho más tráfico. Preguntando varias veces llegamos al Eagle Square donde hay una estatua del águila que se ve por estas islas. La plaza es bonita y hay vistas al mar. Se puede venir facilmente en moto a visitarla, cerca también puedes encontrar centros comerciales e ir a comer en uno de sus muchos restaurantes. Por lo demás Kuah no tiene más que ver.
Eagle Square
Vistas desde el Eagle Square
Como veis, la isla no es solo ir de playa si no que te encuentras con muchas otras maravillas de la naturaleza y merece mucho la pena ir con moto para ir a tu ritmo visitando cosas.
El siguiente día teníamos que salir en ferry a las 5 de la tarde hacia George Town en un viaje que dura 3 horas. Los tickets salen bastante caros (60 RM) pero yendo por tierra en autobús y cogiendo otros dos ferries salía solo un poco más barato pero era mucho más tiempo y esfuerzo. Pensamos que lo mejor era el ferry directo aunque nos doliera en los bolsillos. Nos despedimos del daddy de Daddy's guest house quien nos ayudo en todo lo que estaba en su mano.
Daddy
En el trayecto del ferry vimos probablemente el mejor atardecer que hemos visto jamás, fue realmente precioso y fue una gran entrada en una isla a la que teníamos muchas ganas, Penang.
 
Fuente

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