Debido a su importancia política, Washington es un lugar de frecuentes manifestaciones, particularmente en el National Mall. Es, además, un destino popular entre los turistas, debido a los numerosos monumentos y lugares de interés nacional, y a que es un centro de la historia y cultura estadounidense.
En la gran avenida del National Mall se encuentra el complejo de museos más grande del mundo del Instituto Smithsonian.
Monumentos del National Mall
Durante una hora hemos circulado con el coche por Washington y, finalmente, hemos aparcado muy cerca de la Casa Blanca. Al ser sábado, el parking es gratuito, tal como nos indican los meters.A partir de entonces, iniciamos una gran caminata recorriendo por el exterior ambas fachadas de la Casa Blanca (para visitarla en el interior hay que pedir una reserva con bastante antelación, lo que no habíamos hecho por no condicionar el viaje), y luego hemos rodeado el gran obelisco del Monumento a Washington.
También hemos visitado el Memorial de la Segunda Guerra Mundial, el Memorial de la Guerra de Corea (había flores y una bandera de Corea del Sur), y el Memorial de la Guerra de Vietnam.
Este último es el monumento que más emociona. Sencillo, con los nombres de todos los soldados americanos fallecidos durante dicha guerra. Hay una estatua con las figuras de tres soldados a tamaño natural, y cada uno de ellos representa una de las etnias mayoritarias (blancos, negros, hispanos).
Visitamos también el Lincoln Memorial, donde en un edificio de grandes columnas clásicas se encuentra la grandiosa estatua del presidente Lincoln, la cual ha aparecido en muchas películas, entre ellas, el Planeta de los Simios, aunque, en este caso, con un Lincoln con cara de simio.
Desde la escalinata del Lincoln Memorial hay una gran vista de la enorme explanada del National Mall, con el gran obelisco, y a lo lejos, el Capitolio (a unos 5 kilómetros…).
Estuvimos un buen rato sentados en la escalinata del Lincoln Memorial admirando la panorámica, con el estanque rectangular en primer plano, que ha sido escenario de las grandes concentraciones políticas de Martin Luther King y contra la Guerra de Vietnam, y de películas como Forrest Gump.
Continuamos nuestro paseo/caminata entre edificios ministeriales y oficiales, todos señoriales, hasta Pennsylvania Avenue 1600 (la Casa Blanca de nuevo). Allí, agotados, con las piernas que ya iban solas, tomamos el coche y nos dirigimos hacia el Cementerio de Arlington con la intención de visitar, sobre todo, las tumbas de los hermanos Kennedy y Jacqueline.
Tras cruzar el río Potomac, aparecemos ante el Pentágono, edificio enorme, y descubrimos sorpresivamente, al otro lado del Cementerio de Arlington, el monumento a los soldados americanos que representa la famosa imagen de la puesta de la bandera en Iwo Jima, casi al final de la Segunda Guerra Mundial.
La estatua no es idéntica a la famosa foto, pero sugiere la misma idea y ha sido inspirada en dicha foto que, por cierto, no fue espontánea, sino que se repitió varias veces.
Dejamos la visita al Cementerio Arlington para el día siguiente y nos dirigimos hacia nuestro motel, donde llegamos cansados, pero satisfechos y preparados para absorber lo visto y lo vivido.
En Washington impacta que, por normativa municipal, no haya rascacielos, y en cambio muestra un centro de la ciudad muy señorial por sus edificios, las imponentes avenidas y los numerosos monumentos, todos asociados a las películas americanas.
¡Ah! En Washington DC los museos y casi todo lo visitable es ¡gratis!
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