Nara es una pequeña ciudad situada cerca de Kyoto, una ciudad que
fue hace muchos años capital de Japón. Fuimos desde Kyoto haciendo
antes el check-out en el hotel y
dejando nuestras maletas en las taquillas de la estación central (500 yenes o 5 € mas o menos) para cuando volviéramos de Nara cogerlas e ir directamente a Tokyo. Cogimos la
JR Nara line en la que podíamos utilizar nuestro JRP, son unos
30 minutos mas o menos
para llegar a Nara, también hay otra linea que te deja en una estación
mas céntrica pero no entra dentro del JRP (Japan Rail Pass).
Era temprano, antes de las 10 de la mañana estábamos ya en Nara, casi
todo estaba cerrado todavía, el tiempo era maravilloso una vez mas.
Desde la estación puedes ir fácilmente andando hasta la zona de los
templos,
unos templos que forman parte del patrimonio mundial de la UNESCO.
Desayunamos en un McDonald que era uno de los pocos sitios que había
abierto, lo recomiendo si quieres desayunar barato, un detalle que nos
ocurrió en el McDonald fue que sin querer tiré mi café encima de la
mesa, enseguida vino un trabajador y con una sonrisa de oreja a oreja lo
limpio todo y en segundos me vino con un café nuevo gratis. El caso es
que el café que se me cayó estaba casi vacío y le dije que de verdad no
hacía falta,
la atención y servicio de los japoneses es increíble, así da gusto.
Por el camino pasamos por la oficina de turismo de Nara donde nos dieron
un mapa con las cosas que visitar, siempre nos gusta combinar con la
lonely planet. Llegamos a la zona del parque
(Nara Koen) donde empieza la zona de los templos y donde te encuentras con una sorpresa,
¡¡estaba todo lleno de ciervos!! Y
no solo eso, ademas se dejan tocar, es mas, te acosan si te ven con
comida en la mano, algo realmente surrealista. El contraste de ver una
carretera llena de coches y los ciervos al lado campando a sus anchas es
de verdad surrealista
¡Vaya personajes!, sin duda uno de los atractivos de esta ciudad.
Los ciervos en Nara son intocables, el parque alberga a unos 1200 de ellos que andan a sus anchas.
En el pre-budismo los ciervos eran vistos como mensajeros de Dios
y hoy en día se siguen manteniendo como patrimonio nacional. El parque
esta lleno de vendedores donde puedes comprar unas galletas especiales
por unos 150 yenes (1€ y pico) te dan bastantes galletas, recomiendo
comprarlas, tienes que dosificarlas para toda tu visita, te dará mucho
juego.