París
es para muchos una de las urbes más hermosas del mundo, pero tan
innegable es su belleza como que visitarla puede no resultar
precisamente barato. Sin embargo, un viaje a la capital de Francia no
tiene por qué ser necesariamente caro. De hecho, la Ciudad de la Luz
está llena de rincones que son de acceso gratuito. ¿No se te ocurre
ninguno? Pues a nosotros por lo menos diez.
En el
número 6 de la Plaza des Vosgues se encuentra
la casa de Víctor Hugo, uno de los principales exponentes literarios del
movimiento romántico europeo. El apartamento que habitó el autor de
Los Miserables
entre 1832 y 1848 está abierto casi todos los días del año y repasa la
vida y obra de su dueño antes, durante y después de su exilio. Recorre
los salones en los que Victor Hugo se reunía con Gautier, Lamartine y
Dumas; contempla los retratos de familia firmados por Boulanger y
Châtillon; y adéntrate en el dormitorio del francés, una fiel
reproducción de la estancia en la pasó sus últimos años de vida. Su cama
es original, en ella murió el famoso literato el 22 de mayo de 1885.
Vistas de la Place des Vosges desde la ventana de la casa de Victor Hugo
2. Jardín de Boulogne
A tiro de piedra del Arco del Triunfo tropezarás con
el gran pulmón verde que es el Jardín de Boulogne. Pero más que un jardín minuciosamente diseñado, Boulogne es
un gran parque con vegetación medio salvaje,
ideal para escapar del tráfico de las bulliciosas calles de París. Es
perfecto para pasear aunque por ser inmenso puede que te interese
alquilar una bici para recorrer sus senderos cómodamente, más o menos
rápido y sin cansarte demasiado –podrás hacerlo en la puerta del
recinto–.
Jardin de Boulogne, el pulmón verde de París
3. Visitas guiadas
Muchas son las ciudades que ofertan visitas gratuitas que luego
resultan no ser totalmente gratuitas. No es el caso de las que organiza
la
asociación sin ánimo de lucro Parisien d’un jour (Parisino por un día).
A través de esta curiosa iniciativa podrás ver la capital de Francia
por los ojos de uno de sus habitantes que será el encargado de hacerte
de guía por itinerarios no muy típicos, locales. Estos paseos son una
oportunidad única de conocer el lado más auténtico de una de las
ciudades más turísticas el mundo. Solo una cosa necesitas para poder
realízalos: reservar plaza con al menos dos semanas de antelación en su
página web.
Un paseo por París
4. Place du Tertre
El arte es un vecino más de la Ciudad de la Luz. Uno se lo puede
cruzar en los museos, en los cafés o mientras pasea por la calle. No
obstante, los amantes de la pintura no pueden dejar de cruzar la Place
du Tertre
en el corazón de Montmartre, el barrio
bohemio por excelencia de París. Esta ágora no es difícil de distinguir:
es el que está lleno de pintores y caballetes con cuadros en venta. No
te sientas elogiado si un artista te para de repente y te asegura que te
ha visto y ‘tiene que pintarte’, que no importa el dinero. Te harán un
retrato y luego te lo intentará cobrar. Es una práctica habitual.
Place du Tertre © nito / Shutterstock.com
Dos palacios del
barrio del Marais albergan el Museo Carnavalet que
repasa la historia de París desde
sus orígenes hasta casi nuestros días. En el hay espacio para
arqueología, diseño, pintura, fotografía, escultura y mobiliario. Un
montón de objetos de distintas épocas sirven para narrar la evolución de
una ciudad muy viva aunque, para muchos, una de las mejores partes de
esta visita llega al cruzar la puerta de su orangerie o invernadero.
El Museo Carnavalet, en el corazón del Marais © vvoe / Shutterstock.com
Al norte de París se encuentra la que en su día fuera la
primera iglesia gótica del mundo. Encontrarás el templo en el que se ha dado sepultura a buena parte de los reyes franceses en la
Rue de la Légion d’Honneur de Saint-Denis.
Si acudes el primer domingo de mes entre enero y mayo, en noviembre o
en diciembre podrás visitarla sin costo alguno. Menores de 18 años,
jóvenes europeos de entre 18 y 25, parados, periodistas y discapacitados
no pagan en ningún momento del año. El resto de mortales tendrán que
abonar 7,50 euros si quieren pasear junto a las
tumbas del rey Luis XVI y Maria Antonieta fuera de los días de entrada libre.
7. Mirador del Sacré Coeur
Ver una ciudad desde las alturas siempre da perspectiva. En el caso
de París podrás hacerlo sin sacar un euro de la cartera si subes al
Mirador del Sacré Coeur, una terraza ubicada a los pies de este emblemático templo de estilo bizantino, justo encima de la placilla donde se encuentra
el tiovivo de Amélie.
Acércate a este mirador antes del atardecer si te apetece disfrutar de
vistas y música pues, a esas horas, muchos artistas se animan a
acompañar con sus canciones la puesta de sol.
El mirador del Sagrado Corazón tiene algunas de las mejores vistas de París
Como buen cementerio el Père-Lachaise está lleno de tumbas pero,
curiosamente, muchos parisinos y turista lo visitan como si de un parque
se tratara. De hecho,
su fama es mundial porque buena
parte de los que allí descansan son personajes muy conocidos. En él
podrás contemplar entre otras las sepulturas del poeta
Guillaume Apollinaire; del arqueólogo Jacques-Joseph Champollion; del pintor
Eugène Delacroix; de los escritores
Jean-Baptiste Poquelin (Molière) y Jean de La Fontaine; del historiador Jules Michelet, y de
Jim Morrison, líder de The Doors.
Así mismo, en el camposanto encontrarás un monumento dedicado a la
memoria de todos los españoles muertos por la libertad 1939-1945.
El precioso cementerio Père-Lachaise
En el
Instituto de Radio de París uno puede acceder al lugar en el que
Pierre y Marie Curie
descubrieron el polonio y el radio en 1868, el mismo en el que su hija
Irène Joliot-Curie y su marido Frédéric hicieron lo propio con la
radiactividad artificial en 1934. Tanto la entrada como la visita guiada
por el Museo Curie son gratuitas. Eso si, no se puede entrar a la
instalación cualquier día de la semana. Lunes, martes y domingos la
encontrarás cerrada.
10. Playa de Paris
Durante los meses de
julio y agosto la orilla del Sena entre la Isla de San Louis y el Jardín de las Tullerías se llena de arena para crear la
plage de París.
Más que una atracción turística es un regalo que hace la ciudad a todos
esos habitantes que no pueden escaparse junto al mar durante el periodo
estival. Acude a este improvisado arenal para relajarte y ver la vida
pasar junto al río sin tener que abonar entrada alguna.
La "playa" de París está junto al Sena cada verano
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